El láser neodimio yag q-switched es un equipo láser que utiliza la tecnología Nd (neodimio) Yag para borrar tatuajes por completo y sin producir lesiones en la piel, aunque también se puede emplear para realizar tratamientos avanzados de rejuvenecimiento facial.
Dirigiendo hacia los pigmentos del tatuaje pulsos de energía que se emiten en ráfagas de nanosegundos, se provoca la fragmentación de las moléculas de tinta en micropartículas que son absorbidas por unas células denominadas “macrófagas”, que las dispersan quitando el tatuaje. A diferencia de otras tecnologías, ésta es efectiva contra todos los colores del tatuaje.
Es una técnica tan avanzada que le permitirá en la mayoría de casos eliminar por completo los tatuajes sin dejar ninguna señal en la piel, ya que como fragmenta las partículas de tinta en otras muchas más pequeñas el organismo las eliminará fácilmente y no quedarán dañados los tejidos circundantes.
Se trata de un láser molecular que realiza un trabajo de sinergia con dióxido de carbono y una fuente de calor (láser diodo o radiofrecuencia). Los equipos utilizados hoy día son de CO2 ablativo fraccional y cuentan con una longitud de onda de 10.660 nm, la que puede ser asimilada por el agua que contienen los tejidos.
Durante la aplicación, la energía pulsada que emite este láser calienta el H2O hasta llegar a su punto de ebullición, generando así la vaporización de las capas superficiales de piel. Debido a esto comienza el proceso de regeneración natural del cuerpo que da lugar a una piel nueva y sin lesiones.
Conjuntamente, el calor brindado por el láser de CO2 tiene la capacidad de estimular las capas más profundas de tejido, en donde se encuentran los fibroblastos, estimulándolos para conseguir la generación y reordenamiento de las fibras colágenas.
Los equipos de láser CO2 fraccionado emiten minúsculos haces de energía, con un diámetro microscópico, bien separados unos de otros. Estos microhaces penetran en la piel formando columnas, y entre ellas queda tejido sano, permitiendo una respuesta de curación mucho más rápida del tejido y una considerable reducción de los efectos secundarios.
Existen cada vez más estudios respecto a la utilidad del PRP para mejorar los procesos de cicatrización o incluso cicatrices pasadas. Destaca su utilidad en los siguientes casos: